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Extrañas coincidencias (di-alogos II)

Vuelvo del trabajo, como todos los días. Espero el tren que me lleva de vuelta a casa en la estación mas cercana. Varios individuos con malas pintas, esperan junto a mi. Les miro de reojo y bostezo por el sueño. Nada interesante por aquí, nada interesante por allá. Cuando llega me siento al fondo del todo, pero no hay sitio en la ventana como a mi me gusta. Reposo los pies en el asiento situado enfrente y saco el libro...
Minutos mas tarde, cuando Tanis, Raistlin, Flint, Caramon, Goldmoon, Riverwind y Taselhoff huyen en una barca perseguidos por goblins se sientan dos chicas conmigo. Una de ellas es rubia, bastante alta. Calculo el metro setenta y cinco. Tiene una voz y un acento bastante peculiares. La otra chica es morena de mi estatura aproximandamente. Parece tímida. Las dos hablan y mi concentración se pierde.

- Deben ser del mismo departamento.
- Puede ser, mañana mismo hablo con Manuel y se lo comento.
- Claro.

Procede un breve silencio y la chica rubia comienza a hablar de nuevo. Como no puedo leer, me limito a observar con disimulo la actitud de la morena. Me doy cuenta de que hay parte de la conversación que la aburre. Empieza a contestar con monosilabos y mira de vez en cuando hacia la ventana. Parece ser que su compañera no se ha dado cuenta porque sigue hablando del mismo tema. Ahora cruza los brazos y asiente con la cabeza de vez en cuando. Cuando se marchan del vagón, cojo mi libro otra vez y me olvido de ellas...

* * *

Ahora estoy en el autobús, un poco menos cansada. Detrás de mi hay una niña con su madre. Escucho su voz mientras voy fijandome en el "paisaje". Pasamos delante de DRAGADOS y escucho a la niña repetir el nombre.

- Draaagaados, dra-ga-dos

Mentalmente la corrijo y la contesto:

- DRAGADOS no, DROOGAADOOS. Drogados

Dos segundos después escucho decir a la niña por detrás:

- Drogados

* * *

Bueno estas son dos pequeñas historias que me pasaron el otro día. No son nada del otro mundo, pero de vez en cuando las coincidencias te hacen ver el día de otra manera. Son situaciones curiosas, una de ellas me recuerda esa manía de evadirme de algunas conversaciones soporiferas-ascensoristas (del objeto ascensor, conversación de ascensor) pensando en la lista de la compra. Si actuas bien, puede parecer efectivamente que estás escuchando a la otra persona. Y la segunda... la verdad es que me hizo gracia. Parece ser que la niña me leyó la mente y ejercí muy mala influencia telepática. Espero que nadie mas estuviera leyendonos la mente en esos momentos :)
Para finalizar pedir perdón por mi larga ausencia, realmente no he tenido ganas de escribir además hablar siempre del trabajo aburre. Volveré quien sabe cuando con mas cosas o más historias quien sabe.

Disfrutad del verano

Posted by k-c at 5 de Agosto 2006 a las 07:48 PM