PoRtFoLiO

Coñas marineras

Cuando vas adquiriendo los suficientes conocimientos como para poder cachondearte de lo mal que lo hacen otros, empiezas a disfrutar del trabajo. Cierto es que todos hemos sido nuevos, no puedo discutirlo. Yo misma he comprobado como se reían de mí cuando les ponía el *MUTE y comentaban por lo bajini "ya me ha tocado la nueva...". Y ahora, no tan nueva puedo descojonarme de las tonterías que nos pasan esas 6 horas y 1/2 que me paso sentada delante de la pantalla. Este es un pequeño resumen de las anécdotas.

Coña #1
El *MUTE es un botoncito que se encuentra en nuestra centralita particular. Sirve para hablar con otras personas y actúa como barrera del sonido. Resumiendo, si lo presionas no te escuchan por los cascos. Pero nosotros sí podemos escucharles a ellos. Se portan bien la mayoría de las veces, aunque de vez en cuando se escucha un suspiro de desesperación. O un ligero canturreo.
Una vez, la Srta. dependienta a la que yo tenía al otro lado del auricular, comenzó a pegar berridos (por los gritos debía de ser una tienda especialmente grande) y yo ni corta ni perezosa le comenté a mi compañero "joder ahora se pone a dar gritos". No contaría como coña marinera si... tuviera puesto el mute en esos momentos. Casualidades de la vida, la muchacha me escuchó decir eso y de repente me contestó con un ¿oiga?. Pasé una vergüenza horrorosa. Pero luego se me pasó.

Coña #2
Recibimos faxes de toda España. Generalmente suele haber bastante cachondeo con las fotocopias de los DNIs. Algunos nos llegan con letras que nos las entiende ni el que lo ha escrito. O faltan datos imprescindibles como el numero de teléfono. A parte de eso, lo curioso es que aparecen casos como en la nacionalidad. Normalmente suele ser española, pero... ¿nacionalidad vasca?

Coña #3
Mantener una conversación seria cuando tienes a tu lado gente descojonandose por tonterías es verdaderamente difícil. Yo suelo tener mis despistes y uno de ellos fue preguntarle "¿Qué flan desea?". Ojalá me hubiera contestado que lo quería de vainilla con nata. Me parece a mí que no se percató de mi dislexia galopante...

Esto respecto al trabajo. El fin de semana ha sido extraño. El viernes nos acercamos una amiga y yo a ver el estreno de Batman. Está bien, pero no es como las otras sagas. El sabado me engañaron para ir a Huertas a casa de unos franceses que están de prácticas en la tienda donde trabajaba. La casa era pequeña o eramos demasiados allí. Calor asfixiante, humo (no lo suficiente para colocarme, sigh) y cuatro o cinco tios que medio hablaban español. Yo estaba deseando salir de esa casa y respirar esa mezcla de oxigeno, nitrogeno y argon sin forma definida. Yo entre aburrida y mosqueada por la presencia de Ruben necesitaba salir de esa atmosfera extraña y agobiante.
No se si debo ser rara, tímida o aburrida. Quizás una mezcla de las tres cosas porque ayer no disfruté para nada. Una pena...