PoRtFoLiO

De excursión al veterinario

Por regla general ir al veterinario no suele ser divertido. Sobretodo si llevas al perro, al gato, al canario o cualquier bicho domestico que esté malo. Pero como mis gatos viven mejor que yo, ultimamente para lo unico que lo visito es para revisiones y sus vacunas.

La clinica a las que los llevo está relativamente cerca. Y digo relativamente porque el camino de ida y vuelta casi siempre lo hago a pie, cargando con un gato que pesa casi los 5 kg. Y teniendo en cuenta que tengo la misma fuerza que el pedo de una vieja, el peso del animalito se nota. De vez en cuando hago paradas por el camino. Nunca extensas (comparto la claustrofobia que debe de sertir metido ahí dentro el pobre), pero lo suficiente como para descansar el agarrotamiento de los brazos. Por otra parte es entretenido pasar por delante de los niños con el cestillo. Me quedo alucinada cuando se paran y miran a través de las rendijas, como si fueran a ver algo extraordinario. A ver niño que es un gato, no un mono tití.
Después cuando llego, curiosamente siempre hay perros esperando con sus dueños. Quiero decir, dueños esperando con sus perros. Y casi siempre perros grandes para mas "inri". Es normal que se calle de sopetón (por el camino maulla como un poseso), los pastores alemanes imponen,jeje.

Ahora bien, si el camino de ida es interesante lo mejor es la fauna que te encuentras en la clínica. Tienen dos gatos, un perro (Frodo se llama), un pajarito (no entiendo de aves asi que no se lo que es) y una tortuga muy parecida a la de aquella película...La historia interminable. Enorme. En mi vida he visto una tortuga tan grande como esa. El caso es que siempre los veo deambulando por allí y se me hace raro el no decirles alguna tontería. La siamesa es muy tranquila, casi siempre está durmiendo. Podría decir que está casi tan gorda como la mía (eso no ha sonado muy bien), pero es una monada vamos. El otro felino es un gato de los bosques de Noruega. O algo por el estilo. Precioso.

Lo que me asombra es que el bicho es un cotilla de cuidado. Cuando entras en la consulta, deambula a sus anchas por los pasillos. Y si no está en el suelo, trepa por las alturas y se queda de espectador.Como si hubiera pagado una entrada vamos. Es un show y yo me parto cada vez que le veo ahí mirandonos fijamente, al veterinario a mi gato y claro está a una servidora.

Por cierto me llevé un dia la camara de fotos y cuando tuve la oportunidad le saqué una para que la gente pudiera verlo...

El voyeur felino